De Abu Nayih Amru Ibn Abasa que dijo:
“Pensaba yo antes del Islam (Yahilía) que la gente estaba extraviada y no hacía nada de provecho ante Allah mientras adoraban a los ídolos. Y oí que un hombre en Meca anunciaba hechos asombrosos.
Así pues, me subí a mi montura y me encaminé hacia él. En ese tiempo el Mensajero de Allah ﷺ estaba oculto, ya que su pueblo estaba contra él. Actuando con suma delicadeza me presenté ante él en Meca y le pregunté:
«¿Quién eres?»
Dijo: «Soy un profeta».
Le dije: «¿Y qué es un profeta?»
Me dijo: «Me ha enviado Allah».
Le dije: «¿Con qué te ha enviado Allah?»
Dijo: «Me ha enviado para el mantenimiento de las buenas relaciones entre los parientes, para destrozar a los ídolos y para la unicidad de Allah sin asociarle nada».
Dije: «¿Y quién está contigo en esto?»
Dijo: «Un hombre libre y otro esclavo».
Ese día estaban con él Abu Bakr y Bilal. Dije: «Yo te seguiré». Dijo:
«Verdaderamente, hoy no podrás con ello. ¿Acaso no ves mi situación y la de la gente? Sin embargo, puedes regresar a tu gente y cuando oigas que he hecho público mi anuncio, vienes».
Así que regresé con mi gente como me fue ordenado. Después, el Mensajero de Allah ﷺ partió para Medina. Cuando un grupo de familiares míos fueron a Medina, les pregunté a su regreso: «¿Qué hizo ese hombre que partió para Medina?»
Me dijeron: «La gente corre hacia él para alistarse en sus filas. Su gente quiso matarlo pero no lo consiguió».
Más tarde, marché hacia Medina y fui a ver al Mensajero de Allah ﷺ y le dije:
«¡Oh Mensajero de Allah! ¿No me conoces?»
Dijo: «Sí, tú fuiste quien me vino a ver en Meca».
Y le dije: «¡Oh Mensajero de Allah! Infórmame de lo que Allah te ha enseñado y que yo ignoro. Háblame de la oración».
Dijo: «Reza la oración del alba y después abstente de rezar hasta que no se eleve el sol a la altura de la longitud de una lanza.
Pues cuando el sol sale, lo hace entre los cuernos de Satán. Y en ese momento se postran ante él (el sol) los incrédulos. Después puedes rezar cuanto quieras, pues los ángeles presencian la oración, hasta el momento en que la sombra sea equivalente a la longitud de una lanza o de un hombre.
Cuando el sol alcance el cenit, momento en el que se llena el Infierno, y comience el sol su descenso. Y esa es la oración del mediodía. Y cuando la sombra se agranda en dirección este, puedes rezar y los ángeles son testigos. Hasta que hagas la oración de la tarde. Después abstente de rezar hasta que se ponga el sol. Pues el sol se pone entre los cuernos de Satán y entonces es cuando los incrédulos se postran ante él (el sol)”.
Le dije: “¡Oh Profeta de Allah! ¿Y la ablución? Háblame de ella”.
Dijo: “Para la ablución el hombre se acerca al agua y se enjuaga la boca primero, después toma agua por la nariz y la echa. De esta forma desaparecen sus faltas hechas con la boca y la nariz. Después se lava la cara como Allah le ha ordenado, con agua hasta la punta de la barba, y sus faltas son borradas. A continuación se lava las manos y los brazos desde la yema de los dedos hasta los codos y se le borrarán las faltas cometidas con ellos. Después frota su cabeza de un extremo a otro de su pelo y se le borran las faltas debidas a su cabeza. Después lava sus pies, hasta los tobillos y las faltas motivadas por sus pies le serán borradas.
Pues bien, si se levanta para rezar, da alabanzas a Allah, Todopoderoso, exaltando su Majestuosidad y Grandeza como le corresponde, glorificado sea, con el corazón sincero, enteramente concentrado en su oración y no distraído con otra cosa. Por todo ello sale sin una falta, igual que cuando su madre le dio a luz”.
Amru Ibn Abasa relató este hadiz a Abu Umama, compañero del Mensajero de Allah ﷺ. Y le dijo Abu Umama:
“¡Oh Amru Ibn Abasa! Piensa lo que dices. ¿Es posible que este hombre reciba tanta recompensa por un mismo hecho o situación?”
Dijo Amru: ‘¡Oh Abu Umama! Me he hecho viejo, mis huesos son ya débiles y mi hora se acerca. Así que, ¿qué necesidad tengo de mentir sobre Allah, Ensalzado sea, ni tampoco sobre el Mensajero de Allah ﷺ? Si no lo hubiera oído más de siete veces de boca del Mensajero de Allah ﷺ no lo hubiese relatado nunca. De hecho lo he oído más veces”.
عن عمرو بن عبسة -رضي الله عنه- قال:
كنت وأنا في الجاهلية أظن أن الناس على ضلالة، وأنهم ليسوا على شيء، وهم يعبدون الأوثان، فسمعت برجل بمكة يخبر أخبارا، فقعدت على راحلتي، فقدمت عليه، فإذا رسول الله -صلى الله عليه وسلم- مستخفيا ، جرءآء عليه قومه، فتلطفت حتى دخلت عليه بمكة،
فقلت له: ما أنت؟ قال: «أنا نبي» قلت: وما نبي؟ قال: «أرسلني الله» قلت: وبأي شيء أرسلك؟
قال: «أرسلني بصلة الأرحام، وكسر الأوثان، وأن يوحد الله لا يشرك به شيء»،
قلت: فمن معك على هذا؟ قال: «حر وعبد»، ومعه يومئذ أبو بكر وبلال -رضي الله عنهما-،
قلت: إني متبعك، قال: «إنك لن تستطيع ذلك يومك هذا، ألا ترى حالي وحال الناس؟ ولكن ارجع إلى أهلك، فإذا سمعت بي قد ظهرت فأتني».
قال: فذهبت إلى أهلي، وقدم رسول الله -صلى الله عليه وسلم- المدينة حتى قدم نفر من أهلي المدينة،
فقلت: ما فعل هذا الرجل الذي قدم المدينة؟ فقالوا: الناس إليه سراع، وقد أراد قومه قتله، فلم يستطيعوا ذلك، فقدمت المدينة، فدخلت عليه،
فقلت: يا رسول الله أتعرفني؟ قال: «نعم، أنت الذي لقيتني بمكة» قال: فقلت: يا رسول الله، أخبرني عما علمك الله وأجهله، أخبرني عن الصلاة؟
قال: «صل صلاة الصبح، ثم اقصر عن الصلاة حتى ترتفع الشمس قيد رمح، فإنها تطلع حين تطلع بين قرني شيطان، وحينئذ يسجد لها الكفار، ثم صل فإن الصلاة مشهودة محضورة حتى يستقل الظل بالرمح، ثم اقصر عن الصلاة، فإنه حينئذ تسجر جهنم، فإذا أقبل الفيء فصل، فإن الصلاة مشهودة محضورة حتى تصلي العصر، ثم اقصر عن الصلاة حتى تغرب الشمس، فإنها تغرب بين قرني شيطان، وحينئذ يسجد لها الكفار»
قال: فقلت: يا نبي الله، فالوضوء حدثني عنه؟ فقال: «ما منكم رجل يقرب وضوءه، فيتمضمض ويستنشق فيستنثر، إلا خرت خطايا وجهه من أطراف لحيته مع الماء، ثم يغسل يديه إلى المرفقين، إلا خرت خطايا يديه من أنامله مع الماء، ثم يمسح رأسه، إلا خرت خطايا رأسه من أطراف شعره مع الماء، ثم يغسل قدميه إلى الكعبين، إلا خرت خطايا رجليه من أنامله مع الماء، فإن هو قام فصلى، فحمد الله -تعالى-، وأثنى عليه ومجده بالذي هو له أهل، وفرغ قلبه لله -تعالى-، إلا انصرف من خطيئته كهيئته يوم ولدته أمه».
فحدث عمرو بن عبسة بهذا الحديث أبا أمامة صاحب رسول الله -صلى الله عليه وسلم- فقال له أبو أمامة:
يا عمرو بن عبسة، انظر ما تقول! في مقام واحد يعطى هذا الرجل؟
فقال عمرو: يا أبا أمامة، لقد كبرت سني، ورق عظمي، واقترب أجلي، وما بي حاجة أن أكذب على الله -تعالى-، ولا على رسول الله -صلى الله عليه وسلم- لو لم أسمعه من رسول الله -صلى الله عليه وسلم- إلا مرة أو مرتين أو ثلاثا -حتى عد سبع مرات- ما حدثت أبدا به، ولكني سمعته أكثر من ذلك.