Abû Músa relató:
Cuando Umar fue herido Suhayb vino a verlo desde su casa y fue con Umar, se puso a su lado y comenzó a llorar, entonces Umar le dijo: ¿Por qué lloras? ¿Lloras por mi? Dijo: ¡Por Allah! Es por ti que lloro, ¡Emir de los Creyentes! Dijo: ¡Por Allah! Tu sabes que el Mensajero de Allah ﷺ) ha dicho: «Aquel que es lamentado es castigado». Le mencioné esto a Músa ibn Talhah y me dijo: Aishah dijo que esto era para los judíos.
Anas relató que
Cuando Umar ibn Al-Jattáb fue herido Hafsah se lamentó por él, entonces él dijo: ¡Hafsah! ¿No has escuchado al Mensajero de Allah ﷺ decir: «El que es lamentado será castigado»? Suhayb también se lamentó por él, y Umar le dijo: ¡Suhayb! ¿No sabías que: «Ciertamente el que es lamentado será castigado»?.
Abdullah ibn Abû Mulaika relató:
Estaba sentado al lado de Ibn Umar esperando el funeral de Umm Aban, la hija de ‘Uzmân, y estaba también ‘Amr ibn ‘Uzmân, entonces llegó Ibn Abbâs conducido por un guía y yo pensé que él estaba informado del lugar de Ibn ‘Umar, entonces vino hasta sentarse a mi lado, y yo estaba entre ellos dos (Ibn ‘Abbâs e Ibn ‘Umar) cuando llegó un sonido (de lamentaciones) de la casa, entonces Ibn ‘Umar dijo: (mientras le indicaba a ‘Amr que se pare y las detenga) Escuché al Mensajero de Allah ﷺ decir:
«El muerto es castigado por el llanto de su familia».
Y así Abdullah generalizó (lo que había sido dicho para una ocasión particular).
Ibn ‘Abbâs dijo: Estábamos con el Emir de los Creyentes ‘Umar ibn Al-Jattâb entonces llega mos a Al-Baidâ y había un hombre bajo la sombra de un árbol, y me dijo: Ve y dime quien es esa persona, fui y él era Suhayb, volví con él y le dije:
Me ordenaste que te dijese quien es ese hombre y él es Suhayb, dijo (‘Umar): Ordénale que venga a vernos, dije: Está con su familia, dijo: Aunque esté con su familia. Entonces, fue y le dijo (que viera al Emir de los Creyentes). Cuando volvimos (a Medina) no pasó mucho tiempo que el Emir de los Creyentes fue herido, entonces vino Suhayb y dijo: ¡compañero, oh hermano!
Y ‘Umar le dijo: No sabes o no has escuchado que el Mensajero de Allah ﷺ dijo: «Ciertamente el muerto es castigado por algunas lamentaciones de su familia».
En cuanto a Abdullah (Ibn ‘Umar), él lo generalizó (a toda ocasión), y ‘Umar, en cambio, lo aplicó a algunas ocasiones. Entonces me levanté y fui a lo de ‘Â’ishah y le conté lo que había dicho Ibn ‘Umar y ella dijo: No, ¡por Allah! el Mensajero de Allah ﷺ nunca dijo que: «El muerto es castigado por el llanto de su familia», sino que él dijo: «Ciertamente Allah aumenta el castigo del incrédulo con el llanto de su gente y ciertamente Allah es el que hace reír y hace llorar y nadie cargará con la carga ajena»
. Ibn Abû Mulaika relató que Al-Qâsim ibn Muhammad dijo que cuando las palabras de ‘Umar e Ibn ‘Umar le fueron transmitidas a ‘Â’ishah, ella dijo: Ciertamente vosotros me habéis narrado de quienes no son mentirosos ni sospechosos de mentir pero si de (algunas veces) escuchar erróneamente.
Hishâm ibn ‘Urwah narró bajo la autoridad de su padre que le mencionaron a ‘Â’ishah el dicho de Ibn ‘Umar:
El muerto es castigado por el llanto de su familia por él. Entonces ella dijo: Que Allah tenga misericordia de Abû ‘Abdu Rahmân (el kunya de Ibn ‘Umar), escuchó algo pero no lo retuvo (bien), (lo que pasó fue que) pasó frente al Mensajero de Allah ﷺ el funeral de un judío y (su gente) lloraba por él entonces dijo: «Vosotros lloráis y él está siendo castigado».
En una otra narración :
Hishám ibn ‘Urwah relató bajo la autoridad de su padre que le fue mencionado a ‘Â’ishah que Ibn ‘Umar había narrado que el Profeta ﷺ había dicho:
«Ciertamente el muerto es castigado en su tumba por el llanto de su familia por él». Entonces ella dijo: Entendió mal, lo que el Mensajero de Allah ﷺ dijo fue: «Ciertamente es castigado por sus errores y sus pecados, y ahora su familia lo llora», esto es como cuando dijo que el Mensajero de Allah ﷺ se detuvo ante el foso donde estaban los cuerpos de los politeístas muertos en la batalla de Badr y dijo: «Ciertamente ellos escuchan lo que les digo», y realmente Ibn ‘Umar había entendido mal porque lo que el Profeta ﷺ dijo fue: «Ciertamente ellos saben que lo que yo les decía era verdad». Luego ella recitó: «Tu no puedes hacer que los muertos oigan» (27:80), y «Tu no puedes hacer que quienes están en las sepulturas oigan» (35:22), y no les puedes informar cuando hayan tomado sus asientos en Fuego.
Amra, la hija de ‘Abdu Rahmân, narró que escuchó de Aishah y le fue mencionado a ella que Abdullah ibn ‘Umar dijo:
Ciertamente el muerto es castigado por el llanto del vivo. Entonces ‘Â’ishah dijo: Que Allah perdone a Abû ‘Abdu Rahmân (Ibn ‘Umar), él no mintió pero se olvidó o se equivocó, ya que el Mensajero de Allah ﷺ pasó cerca de una judía que estaba siendo llorada, entonces dijo: «Ellos lloran por ella y ella está siendo castigada en su tumba».
De Ibn Abbás que el Mensajero de Allah ﷺ dijo:
«El muerto es castigado en la tumba cuando se plañe por él».