“Pasó el Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, junto a una mujer que lloraba desesperadamente al lado de una sepultura y le dijo: ‘Teme a Allah y ten paciencia y resignación.’
Y ella le contestó: ‘Apártate y aléjate de mí, pues a ti no te ha ocurrido una desgracia como la mía ni la has conocido.’
Entonces le dijeron: ‘Es el Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz.’
Después fue a él y le dijo (en señal de disculpa): ‘¡No te reconocí!’
Y él contestó: ‘La paciencia hay que tenerla en el primer momento de la desgracia’.”